Su funcionamiento se basa en la incorporación de sensores, funciones electrónicas y algoritmos de cálculo, que permiten que el instrumento se auto verifique tanto internamente como a nivel del proceso.
Por citar un ejemplo, en el caso de los sensores de nivel por radar, se puede detectar formación de espuma en el líquido medido considerando las alteraciones en las señales de micro ondas. Esta información puede ser enviada al sistema de control para tomar medidas rápidas y remediar la situación. A su vez internamente se miden los valores de la salida analógica, y se contrastan con los datos procesados por la electrónica, para que en caso de existir un desfasaje entre ambos, indique un posible corrimiento en la medida.
Estas funcionalidades van mucho más allá de la indicación de errores con las que cuentan la mayoría de los instrumentos, ya que permite anticiparse a eventos a nivel del equipo, como a nivel del proceso, y ejecutar mantenimientos predictivos que aseguren la disponibilidad del punto de medida, así como la correcta operativa del sector.